Pero en el trayecto, como se dice, "arreció"...
No faltó nada. Nuestro Señor nos quiso refrescar aquella noche.
No les miento. Me puse a pensar en el impermeable que no encontré...
Pero no podía acabar aquella jornada de mal humor.
El Señor me visitaba con su lluvia y con ella pedía que me relajara, que lo disfrutara.
El regreso transcurrió tranquilo.
Conversábamos con una hermana sobre la estadía en Caraz. Compartíamos la sensación de haber pasado más días allí y no sólo dos. De repente es la intensidad de la vivencia, ¿no?
Bendito sea Dios que dispuso TODO para dejar honda huella dentro de muchos.
Hoy tuvimos una reunión con los hermanos que salimos de misión. La impresión que esta experiencia ha dejado en cada uno es grata, siempre recibiendo más de lo que nos propusimos dar y sobre todo con una idea más amplia-y esto es muy importante- de la realidad que se vive en el Perú...
Escuchamos a los hnos. de las distintas comisiones; y así como compartían gratas experiencias junto a las comunidades, nos enterábamos también de carencias, de realidades como una promoción social en pañales - desde lo más básico como la limpieza -, el aborto, o la sequía persistente en una de las regiones...
Triste,¿no?
Como que nuestro Dios nos dijo más.
No sólo nos invitó a inolvidables jornadas, sino quiso que supiéramos más de "nuestra familia" y, como, con sencillez y perseverancia se trabaja para lograr mejorar su bienestar como los hermanos en Caraz y el programa "Familia saludable"- del cual les hablé en otro momento - y que trabaja limpieza en el hogar, desnutrición infantil, etc.
¿Nos dió una visión más amplia de las cosas? Sí.
Todo iba más allá.
El hno.Gonzalo nos decía que era importante saber más de lo que sucedía entre los hnos. que viven en zonas alejadas; que muchas veces se sienten abandonados, y que actividades como ésta les hacen sentirse apoyados, que no están solos.
Nos podemos dar cuenta que con sencillez y cariño podemos hacer mucho.
¿te apuntas? ¡Ajá!
nos vemos entonces
Gracias Jesús
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