Habíamos regresado de Chiclín, almorzado, descansado y empacado. Y ya listos para volver a Lima. Pero, teníamos una invitación para visitar la casa de los hermanos.
Al llegar nos hicieron guardar nuestras cosas en lo que es la sala de recreo. Aquí guardan sus instrumentos musicales, hay una pequeña biblioteca, cintas de música, cajas que guardan juegos de mesa. Pequeñas mesas y sillas repartidas; ello en una sala amplia, con mucha luz.
Además crían animales. Pudimos entrar a ver a los cuyes y a los conejos. No pudimos visitar mucho pues los hermanos novicios de Huánuco acababan de llegar y se reunían muy cerca de donde estábamos. Ello por respeto a su privacidad.
Dimos un breve paseo por la ciudad despúes. Al volver, el hno. nos invitó a orar a la pequeña capilla. Cuando entramos había un hermano orando. Nos disculpamos e, igual, nos invitó a pasar. En lo alto del altar se notaban los soportes de fierro que sostenían alguna imagen que no estaba.
Después el hno. nos dijo que el "cristo" del altar estaba siendo restaurado. Hacia las 6pm conversábamos con el hermano Walter ya en el salón de recreo cuando "tocan a oración". Íban a orar "las vísperas". Y fuímos invitados a participar. Demás está decir que fue un momento hermoso. Los salmos fueron cantados y, para ello, los hermanos tiene su cancionero...
Sin palabras.
Lo único que podemos decir es que nuestro Dios es muy bueno, y aquella tarde pudimos alabarle de modo entrañable.
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